La tradición cuenta los hechos de 1539, cuando al trasladar de Toledo a Granada el cadáver de la emperatriz Isabel de Portugal, quedó impresionado y decidió dejar la corte y dedicarse a la vida religiosa en cuanto pudiese. La calavera hace alusión a la muerte y cadáver de la emperatriz. La frase que se le atribuye: «Nunca más servir a señor que se pueda morir».

En 1546 ingresó en la Compañía de Jesús.

La pintura esta fechada hacia 1624, en su  periodo sevillano. Se puede decir que superó al maestro del taller, Francisco Pacheco, pero no igualó a su compadre Diego Velázquez.

 Los tonos tenebristas propios del momento inicial sevillano van a ser rotos por los dorados y el rojo del sombrero cardenalicio. La realidad es que el estado de conservación no es el mejor del mundo y los barnices has oscurecido la pintura de forma que se puede interpretar como extremadamente tenebrista. De la misma época es el retrato de eclesiástico en Nueva York que aquí mostramos también. 

Quizás la arquitectura casi oculta, y los dorados originales, nos hicieran ver el cuadro de una forma menos oscura…

 La conservación de la zona del hábito no es la mejor, apenas distinguible el tratamiento de telas…

 Los escorzos de las manos son verdaderos ejemplos de como con 23 años Cano domina la técnica. Técnica que irá evolucionando como vemos en sus obras granadinas y que comentamos durante las visitas.