Partal y Jardines - Guía de la Alhambra



Jardines del Partal

Estos jardines se extienden desde la salida de la Rauda hasta la explanada en la que se encuentra la Torre de las Damas. En este mismo lugar se encontraban los jardines que rodeaban los palacios reales, distribuidos también de forma escalonada y que, posteriormente, ocuparon las habitaciones del Emperador Carlos V.

Durante la época árabe albergó numerosos edificios de magnates que vivían en torno al Palacio Real, de los que destaca por su importancia la Torre de las Damas. Los Jardines del Partal son un sitio increíble para pasear o hacer un alto durante su visita en la Alhambra de Granada.

De los antiguos palacios que existían en esta zona, solo ha llegado a nosotros, parcialmente, el Palacio del Pórtico, del que se conserva la Torre de las Damas. Probablemente de tiempos de Muhammad III, nos encontramos ante la edificación palaciega más antigua de las conservadas en la Alhambra, lo que hace suponer que los primeros reyes nazaríes establecieron su residencia en esta zona. Este palacio se alza sobre la muralla, y está compuesto por una sala cuadrada, dentro de la Torre de las Damas, un pórtico de cinco arcos ante un gran estanque y un pequeño mirador sobre el edificio.

A la izquierda de este edificio podemos ver tres pequeñas casitas árabes, de construcción posterior a la del palacio, y que conservan en su interior pinturas árabes de gran valor; no son visitables. A la derecha del estanque encontramos la Torre del Mihrab, que conserva en su interior un pequeño oratorio decorado en tiempos de Yusuf I.

Subiendo por los jardines podemos encontrar, hacia la derecha, una torre o Qubba, llamada la Torre de la Rauda, que comunica con el Palacio de los Leones, y que tiene en su interior una interesante bóveda. Junto a ella podemos encontrar los restos del Cementerio Real o Rauda, de la que toma su nombre la torre.

Volviendo a los jardines, podemos ver los restos de varios palacios, pues en esta zona habitaba la nobleza musulmana. El más importante de ellos fue el Palacio de Yusuf III o de los Condes de Tendilla, de planta similar a la del Palacio de Comares. Tristemente demolido en el Siglo XVIII, de él se dice que era uno de los más suntuosos de la Alhambra. Desde aquí la visita continúa por el Paseo de las Torres.



Torre de las Damas

Es el más importante de los edificios de magnates que vivían en torno al Palacio Real en la época árabe y su decoración la más antigua de la Alhambra. Ha sido conocida por múltiples nombres, según el habitante que la ocupara en cada momento, aunque desde finales del s. XVIII tomó su nombre actual. En un principio el edificio fue llamado "Partal" (pórtico) por el que formaban sus cinco arcos, que se reflejan en el estanque rectangular que hay entre ellos.

Hasta 1924, año en que terminó su restauración, sufrió numerosas reformas por parte de sus distintos ocupantes para adaptarla como vivienda.Está formada por el pórtico, una sala cuadrada, y una escalera que da acceso a un mirador de construcción posterior, desde el que se puede contemplar el valle del Darro. Los cinco arcos del pórtico, de los que sólo se conserva el central, están sostenidos por columnas de mármol, aunque antes lo estaban por pilares de ladrillo.

A la izquierda de esta torre se encuentran tres pequeñas casas árabes, construidas después que la torre y adosadas a ella. En una de ellas se descubrieron unas pinturas que, aunque deterioradas e incompletas, son las únicas de este tipo de la España musulmana. Realizadas en la primera mitad del s. XIV, representan escenas de cacería, animales fantásticos, hombres y mujeres.



Oratorio del Partal

Este es un pequeño oratorio, dentro de una torre, orientado a la Meca, al oruente. Se llamaba también Mihrab porque tenía un mihrab. Según los árabes, Mihrab era la parte habitada por el espíritu de Dios o el lugar de la oración ordenada por el profeta. Volvían su cuerpo a oriente para mirar el lugar donde se guardaban los libros santos.

En este lugar el Santón esperaba la salida del sol recitando las oraciones. Tenía las habitaciones indispensables para llevar su vida. Podemos observar con más detalle la entrada al oratorio, y la ventana que vemos en su lado sur. Esta torre está muy restaurada y cambiada. En ella vivió un escudero del conde de Tendilla, gobernador de La Alhambra, llamado Astase de Bracamonte.



El Harén

El Harén era un espacio exclusivamente femenino. Un extraordinario mirador, abierto al patio por tres arcos, que tendría en su época una celosía, permitía la contemplación de las concubinas del mismo sin originales de esta sala, con un labrado extraordinario.

Al contrario de lo que popularmente se piensa que era un Harén, éste no es más que el hogar del mandatario, donde no hay recepciones oficiales, ni protocolo, en definitiva, donde el monarca desarrollaba su vida familiar dentro del palacio, lejos de la idea de que el Harén era donde el sultán mantenía a sus esposas alejadas del resto del mundo, constantemente vigiladas por una corte de eunucos, y donde sólo el sultán tenía el acceso permitido. Muy al contrario, la tradición dice que un día Mahoma se encontraba jugando con sus nietos, pero el profeta recibía muy a menudo y sin previo aviso visitas de amigos y fieles. Así que aquél día un grupo de fieles llegó a visitarlo sin avisar y descorrió la cortina tras la que Mahoma se revolcaba en el suelo con los niños. Parece ser que el sorprender al gran maestro en aquella actitud no fue del agrado ni del profeta ni de sus discípulos, por lo que, tras aquel incidente, Mahoma empezó a hablar a sus seguidores de que era necesario habilitar una parte de la casa para uso exclusivo de la familia, donde estuviese prohibida la entrada a los visitantes.



Casitas del Partal

Con este nombre se conocen el grupo de casas construidas en el siglo XIV, a continuación del pórtico del palacio del Partal, montadas también sobre la muralla.

Las cuatro Casas del Partal -casa de González Pareja, casa de Villoslada, Casa de los Balcones y casa de las Pinturas- son independientes, todas tienen dos plantas y carecen de patio. Su principal atractivo es que guardan en su interior restos de adornos de yesería, una hermosa armadura y especialmente unas pinturas murales de tipo cortesano. Según algunos autores, constituyen el único ejemplo en el Conjunto Monumental de pintura nazarí, ya que las pinturas de la Sala de los Reyes en el Patio de los Leones fueron realizadas por pintores cristianos.



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